Hidratación saludable: el error de tomar agua en exceso y cómo corregirlo con sal

Apr 09, 2025
Vaso de agua mostrando es estado de hidratación adecuada

Beber agua se ha convertido en uno de los consejos más repetidos cuando se habla de salud. Escuchamos constantemente que “hay que tomar más agua”, que “el cuerpo lo necesita” y que “no podemos vivir sin ella”. Y sí, es cierto: el agua es vital. Pero, ¿alguna vez te has preguntado si podrías estar bebiendo más agua de la necesaria? ¿Y si esa hidratación excesiva, en lugar de ayudarte, estuviera afectando el equilibrio natural de tu cuerpo?

Hablar de hidratación adecuada no significa simplemente “tomar mucha agua”. Significa encontrar un balance entre el agua que consumes y los minerales esenciales que tu cuerpo necesita para funcionar correctamente. En este blog, exploraremos cómo lograr una hidratación saludable, qué papel juegan los electrolitos, especialmente la sal, y cómo el Programa Paso a Paso (PAP) puede ayudarte a restablecer este equilibrio desde tu alimentación.

Prepárate para descubrir un enfoque completamente distinto sobre cómo mantenerse hidratado y por qué el exceso de agua puede no ser tan inofensivo como creías.

 

Consumo excesivo de agua en el mundo

Durante décadas, las campañas de salud pública nos han impulsado a tomar agua constantemente. Nos han enseñado a andar con botellas reutilizables, a poner alarmas para beber agua cada hora y a medir nuestra salud por cuántos vasos tomamos al día. Sin embargo, esta tendencia ha dado un giro inesperado: muchas personas hoy en día tienen un dsequilibrio hidroeléctrico.

Aunque se habla mucho de los beneficios de tomar agua, poco se menciona el lado opuesto. Beber agua en exceso, especialmente si es agua simple sin electrolitos, puede diluir la concentración de minerales esenciales en el cuerpo y afectar la capacidad de las células para funcionar correctamente. Este fenómeno se ha convertido en un problema silencioso que no siempre se detecta, pero que puede estar detrás de síntomas como fatiga, inflamación, falta de energía, dolores musculares y hasta problemas digestivos.

La cultura del “más es mejor” nos ha llevado a asumir que si un poco de agua es buena, entonces mucha debe ser mejor. Sin embargo, como todo en el cuerpo humano, la hidratación también requiere equilibrio. Una hidratación saludable no se trata de cantidad, sino de calidad y de mantener una compensaación entre líquidos y minerales, en especial la sal.

 

Datos duros sobre consumo de agua en México y en España

Para entender el impacto del consumo excesivo de agua, vale la pena observar cómo se comportan algunos países en cuanto a sus hábitos de hidratación. Tomemos como ejemplo a México y España, dos naciones con estilos de vida, climas y costumbres alimenticias distintas, pero que comparten una misma tendencia: el aumento en la ingesta de agua simple sin acompañamiento de minerales.

México: más agua, menos equilibrio

En México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), una persona consume en promedio 2.2 litros de agua embotellada al día, sin contar otras fuentes de líquido como sopas, frutas o infusiones. Además, la creciente conciencia sobre la salud ha provocado un aumento en el uso de filtros caseros y agua purificada, eliminando sales minerales en el proceso.

Aunque beber agua pura suena saludable, muchos mexicanos están adoptando rutinas de consumo hídrico que superan los 3 litros diarios, especialmente en ciudades calurosas. Este volumen, si no se equilibra con electrolitos, puede provocar un desequilibrio hidroelectrolítico, término que abordaremos más adelante.

España: una cultura de agua que evoluciona

España, por su parte, tiene un patrón similar. Según el Ministerio de Sanidad, el consumo medio de agua en adultos ronda los 2 a 2.5 litros al día. Sin embargo, en los últimos años se ha incentivado el consumo de agua simple como parte de campañas de salud pública. Esto ha generado una tendencia creciente, especialmente en jóvenes y adultos mayores, de consumir agua más allá de sus necesidades fisiológicas reales.

Además, con el auge del deporte amateur y las dietas "detox", el consumo de agua puede escalar hasta los 4 litros diarios en algunos casos, sin reposición adecuada de sales minerales.

Ambos países reflejan un patrón global: beber más agua no siempre es sinónimo de una hidratación adecuada.

 

Conductividad en el cuerpo humano

Cuando pensamos en el cuerpo humano, rara vez lo imaginamos como un sistema eléctrico. Pero lo cierto es que nuestro organismo funciona gracias a la electricidad: cada latido del corazón, cada pensamiento, cada movimiento muscular es posible porque hay impulsos eléctricos transmitiéndose entre nuestras células.

Este fenómeno se llama conductividad eléctrica, y es vital para mantenernos con vida. Las neuronas, por ejemplo, se comunican mediante impulsos eléctricos; el sistema nervioso transmite señales que controlan funciones tan básicas como la respiración o la digestión; incluso la energía que sentimos (o la fatiga que nos limita) depende en parte de que esta red eléctrica esté funcionando correctamente.

Pero aquí viene la parte clave: para que la electricidad circule bien por el cuerpo, se necesita algo más que agua. Se necesitan minerales, conocidos como electrolitos, que permitan que esa corriente fluya sin interrupciones.

Si te has sentido sin energía, confundido, cansado o con calambres, es muy probable que tu sistema eléctrico esté teniendo dificultades para funcionar correctamente. Y muchas veces, eso se debe a un problema con tu deshidratación, no por falta de agua, sino por falta de equilibrio.

 

El agua simple como aislante eléctrico del cuerpo

Parece contradictorio, ¿verdad? Siempre hemos escuchado que el agua es conductora de electricidad. Y sí, el agua puede conducir electricidad, pero no cuando está completamente pura. El agua destilada o ultra purificada —como la mayoría del agua embotellada o filtrada que consumimos— no tiene minerales disueltos, y por lo tanto, no conduce electricidad de forma eficiente.

Esto es relevante porque el cuerpo humano está compuesto en un 60% por agua, y si esa agua no contiene electrolitos, se convierte en un medio aislante, no conductor. En otras palabras, el agua simple no es suficiente para transportar los impulsos eléctricos que permiten que tu cuerpo funcione correctamente.

Cuando una persona bebe grandes cantidades de agua sin acompañarla con minerales (como sodio, potasio, magnesio o cloruro), diluye los electrolitos naturales de su cuerpo. Esto puede resultar en problemas tan diversos como:

  • Fatiga constante
  • Dolor de cabeza
  • Retención de líquidos
  • Calambres o debilidad muscular
  • Falta de concentración
  • Desequilibrio digestivo

Una hidratación saludable implica mucho más que tomar agua: implica que esa agua sea capaz de transportar energía. Aquí es donde entran en juego los electrolitos, verdaderos protagonistas en la historia de una hidratación efectiva.

 

Electrolitos para aumentar la conductividad eléctrica del cuerpo

Los electrolitos son minerales que, al disolverse en líquidos, se convierten en partículas con carga eléctrica. Esta carga permite que la electricidad circule por todo el cuerpo de manera eficiente. Por eso, sin ellos, el agua dentro de ti no puede cumplir su verdadera función energética y vital.

Cuando consumes una cantidad excesiva de agua simple y no repones electrolitos, tu cuerpo pierde la capacidad de enviar señales eléctricas de forma adecuada. El resultado: baja energía, descoordinación, fatiga, inflamación… síntomas que muchas veces confundimos con otros padecimientos, pero que en realidad podrían deberse a un problema de hidratación mal entendida.

¿Qué hacen los electrolitos?

  • Permiten que las células se comuniquen entre sí.
  • Regulan el ritmo cardíaco y la función muscular.
  • Mantienen el equilibrio del pH en la sangre.
  • Facilitan la absorción de nutrientes.
  • Apoyan el funcionamiento del sistema nervioso.

En resumen: sin electrolitos, el agua no cumple su propósito real en tu organismo.

 

Sal, el mejor electrolito

Así es. La sal es el electrolito por excelencia, y, contrario a lo que muchas campañas de salud han promovido durante años, no es el enemigo. Lo que daña no es la sal en sí, sino el desequilibrio: consumir sal sin suficientes líquidos o consumir líquidos sin suficiente sal.

La sal contiene sodio y otros minerales que ayudan a que el agua que consumes pueda hidratarte de verdad, llevando energía a cada célula y facilitando que tu cuerpo funcione correctamente.

En la Academia Unani, hemos observado que muchas personas presentan síntomas de enfermedad no por falta de agua, sino por falta de electrolitos. Por eso, proponemos un enfoque diferente: hidratarte con conciencia, entendiendo que necesitas tanto agua como sal en proporciones adecuadas.

 

Beneficios por consumo de electrolitos

Cuando combinas agua con electrolitos —especialmente con sal de calidad—, transformas por completo el efecto que ese líquido tiene en tu cuerpo. En lugar de simplemente pasar por tu organismo, esa agua nutre, energiza y activa tus funciones vitales.

  • Mejora la digestión
    Al mejorar el flujo eléctrico entre los sistemas digestivos, la agua con electrolitos favorece el tránsito intestinal, regula la producción de enzimas y ayuda a evitar problemas como el estreñimiento o la inflamación abdominal.

  • Incrementa la energía celular
    Una célula bien hidratada y con carga eléctrica adecuada produce energía de manera más eficiente. Esto se traduce en menos fatiga, mayor claridad mental y mejor rendimiento físico.

  • Apoya el equilibrio hormonal y nervioso.
    El sistema endocrino (encargado de regular hormonas) y el sistema nervioso requieren un entorno estable para funcionar. La hidratación adecuada con electrolitos permite una mejor comunicación entre estos sistemas, reduciendo el estrés y mejorando el sueño.

  • Mejora la función muscular y cardiovascular.
    Una hidratación electrolítica correcta permite que los músculos se contraigan y relajen adecuadamente, evitando calambres, temblores y fatiga. También regula el ritmo cardíaco y la presión arterial.

¿Te estás preguntando qué ocurre cuando este equilibrio entre agua y sal no existe? En la Academia Unani lo hemos identificado con claridad: se trata de un desequilibrio hidroelectrolítico. Y de eso hablaremos a continuación.

 

Desequilibrio hidroelectrolítico, ¿qué es?

En la Academia Unani hemos identificado un fenómeno muy común —pero poco reconocido— que afecta a miles de personas sin que lo sepan: el desequilibrio hidroelectrolítico.

Este término describe una condición en la que el cuerpo acumula demasiada agua y no tiene suficiente sal para mantener su sistema eléctrico en funcionamiento óptimo. En otras palabras, tienes mucha agua en el cuerpo que entorpece el óptimo flujo de electricidad en tu cuerpo.

¿Cómo se genera este desequilibrio?

La causa principal es el consumo excesivo de agua simple, filtrada o embotellada, sin reposición suficiente de sal y minerales. Al beber grandes cantidades de agua sin electrolitos, diluyes los minerales ya presentes en tu cuerpo. Con el tiempo, esto impide que las células mantengan su forma, su energía y su función.

En vez de hidratarte, te inflamas, te debilitas y tu sistema se apaga lentamente.

Este estado también se relaciona con lo que muchas personas llaman “retención de líquidos”, pero desde nuestra perspectiva es más profundo: es un bloqueo eléctrico que frena la comunicación interna del cuerpo.

 

Estragos del desequilibrio hidroelectrolítico en el cuerpo

Cuando tu cuerpo pierde el equilibrio entre agua y minerales, no solo te sientes diferente… te estás desconectando internamente. La electricidad deja de circular como debería, y los síntomas empiezan a aparecer de forma silenciosa pero progresiva.

A continuación, te mostramos algunos de los efectos más comunes del desequilibrio hidroelectrolítico, muchos de los cuales pueden confundirse con enfermedades o trastornos sin una causa aparente:

Cansancio crónico y falta de energía

Aunque duermas bien y comas “saludable”, puedes sentirte sin fuerzas. Esto ocurre porque tus células no pueden producir energía eficientemente sin electrolitos.

Niebla mental y falta de concentración

La mente también funciona con electricidad. Cuando esta se interrumpe, puedes experimentar dificultad para enfocarte, olvidos frecuentes o pensamientos lentos.

Palpitaciones o ritmo cardíaco irregular

El corazón necesita sodio, potasio y magnesio para latir con ritmo y fuerza. Sin ellos, puede presentarse ansiedad, taquicardia o arritmias.

Calambres y debilidad muscular

Tus músculos no pueden contraerse ni relajarse adecuadamente si no hay electrolitos suficientes. Esto puede derivar en espasmos, temblores o rigidez.

Alteración en la digestión y en el metabolismo

Sin una buena transmisión eléctrica, tu intestino no se mueve como debería, la absorción de nutrientes se ve afectada, y tu metabolismo se vuelve más lento.

¿Notas alguno de estos síntomas en tu día a día? Si es así, es probable que no se trate de “tomar más agua”, sino de reequilibrar el agua y la sal en tu cuerpo. ¿Y cómo saber cuánta sal necesitas realmente para lograrlo?

 

¿Cómo integrar la sal en nuestro sistema alimenticio?

Ahora que sabes que la sal no es el enemigo, sino una herramienta esencial para lograr una hidratación saludable, seguramente te estarás preguntando: ¿cómo puedo empezar a integrarla correctamente en mi alimentación diaria?

La respuesta no está en simplemente “echarle más sal a la comida”, sino en tener un plan estructurado y adaptado a tu cuerpo y estilo de vida. No te recomendamos iniciar cambios sin la asesoría de un experto. 

Una estrategia efectiva debe considerar tu peso, tu alimentación, tu nivel de actividad física y tu estado actual de salud. Aquí es donde entra uno de los recursos más valiosos de la Academia Unani: el Programa Paso a Paso (PAP).

 

Programa Paso a Paso (PAP): un plan de alimentación a tu ritmo

El PAP es un programa de 6 meses que no solo te enseña qué comer, sino cómo re-educar a tu cuerpo para volver a un estado de equilibrio, empezando por tu hidratación y el uso correcto de la sal.

Diseñado con base en el sistema Unani, el PAP propone una alimentación natural, coherente con tu biología y que considera los electrolitos como un elemento clave para la salud celular. A través de este programa, aprenderás a reconocer las señales de tu cuerpo, a corregir hábitos que te desconectan de tu bienestar, y a recuperar tu energía desde el interior.

 

Hidratarte bien es más que tomar agua

Una buena hidratación no depende solo de cuánta agua tomas, sino de cómo equilibras esa agua con electrolitos, especialmente la sal. Si sientes cansancio, hinchazón o falta de energía, podrías estar sobrehidratado sin saberlo.

El Programa Paso a Paso (PAP) te enseña a recuperar ese equilibrio desde tu alimentación diaria. Es un plan práctico y natural que transforma tu forma de hidratarte y de cuidarte.

¿Quieres empezar a sentirte mejor de verdad? 👉 Descubre el PAP y da el primer paso hacia tu bienestar.

Importante: No debes comenzar a aumentar el consumo de sal en tu dieta diaria si la consulta a un especialista, sobre todo si tienes una enfermedad ya diagnosticada.

 

Academia Unani by DD.